domingo, 15 de marzo de 2015


Exposicion equipo 3

Tema: DISEÑO DE ESTRATEGIAS PARA FAVORECER MIS APRENDIZAJES

(MANEJO DEL TIEMPO Y EL ESFUERZO EN TUS ACTIVIDADES ESCOLARES Y COTIDIANAS) (LA PLANEACION DEL ESTUDIO)
 
Un factor fundamental  para lograr el éxito en la escuela es administrar nuestro tiempo,  ya que las personas que aprovechan mejor su tiempo son aquellas que tienen programadas sus actividades.
Un filosofo griego llamado Tales de Mileto dijo: “Si buscas una buena solución y no la encuentras, consulta al tiempo; puesto que el tiempo es la máxima sabiduría.”


Diferentes autores señalan la importancia del tiempo y lo consideran valioso y recurren a la siguiente frase: “El tiempo es oro”



 LA PLANEACIÓN DEL ESTUDIO

La planeación del estudio permite que el alumno obtenga mejores resultados académicos y hace más sencillos los estudios, evitando los temidos momentos de angustia, puesto que no es lo mismo llevar las materias al día y en época de exámenes dedicarse a repasar, que perder el tiempo durante el curso y cuando llegan los exámenes tratar de hacer lo que no se ha hecho antes, con jornadas de estudio maratónicas, agotadoras, acompañadas de una enorme ansiedad y con muchas probabilidades de que ese gran esfuerzo final no sirva, ni para aprobar el examen, ni para aprender la materia.

La planeación del estudio es la organización del tiempo, actividades y el material o contenidos de aprendizaje, para ello el estudiante debe responder a las siguientes preguntas:

¿Qué material tengo que dominar perfectamente al momento del examen? ¿Qué esfuerzo tengo que realizar para lograr este nivel de conocimiento?

¿De cuánto tiempo dispongo?

 En función de las respuestas a las preguntas anteriores: ¿Qué esfuerzo diario tengo que realizar para llegar a los exámenes bien preparado? Se recomienda como resultado  de estas preguntas la elaboración de un horario de actividades, con ello el alumno determinará su ritmo de estudio diario y la constancia que debe establecer desde el primer día de clases.

Al inicio del año escolar el estudiante no dispone de toda la información necesaria para precisar el esfuerzo que debe realizar cada día, pero a medida que el curso avanza, sí es posible determinar cuántas horas necesita estudiar diariamente; a principios del semestre es preferible ser precavido y establecer un ritmo diario de estudio más fuerte y a medida que va avanzando el curso, el ritmo se irá ajustando, aumentándolo o disminuyéndolo según el total de las actividades y materias a estudiar.

Si el alumno se va atrasando en alguna materia puede utilizar los fines de semana para ponerse al corriente, el estudiante que consigue desde el primer día aplicar una velocidad constante de dos a tres horas diarias de estudio, irá asimilando y dominando las materias de forma gradual, sin angustiarse al final del semestre, y podrá llegar a los exámenes con un elevado nivel de preparación y seguridad.

Para preparar un examen convenientemente hay que estudiar a profundidad y una vez aprendido el material, mantener esos conocimientos frescos mediante repasos periódicos, que se facilitan si se cuenta con apuntes; esta primera preparación se realiza tema con tema, clase con clase, a medida que avanza el profesor en su explicación; antes de comenzar a preparar un nuevo tema es conveniente darle un rápido repaso al anterior y para ello pueden ser muy útiles los resúmenes esquemáticos y apuntes elaborados de cada una de las clases.

Una vez iniciado el ciclo escolar, el estudiante debe planear repasos de la información y los temas que se van revisando. Se sugiere hacer repasos periódicos y constantes, dependiendo del grado de dificultad e información a aprender. Asimismo, que el último repaso se inicie unos días antes del examen. Para ello es conveniente llevar una agenda en la que  anote todos estos repasos y al mismo tiempo verifique que se van cumpliendo los plazos previstos en el plan de estudio y que se están estudiando todas las materias.

Cuando el alumno comienza a realizar la planeación de sus estudios debe tomar en cuenta que se puede modificar de acuerdo con las sus necesidades a medida que avance el curso y vaya conociendo con mayor precisión el ritmo de cada materia, su nivel de dificultad y los días definitivos de los exámenes. Con esta planeación el estudiante podrá llegar a las fechas de los exámenes con todas las materias estudiadas adecuadamente, quedando pendiente únicamente un repaso final. Es importante que el estudiante sea muy puntual en cumplir los plazos, ya que si se retrasa al final estará presionado.


 En cambio, si va adelantado estará más tranquilo al final del curso. Estresarse un poco no es malo, siempre y cuando se cuente con el tiempo suficiente para recuperarse antes del examen; estresarse a principios del semestre al ver que el temario es muy extenso puede ser benéfico ya que hará que el estudiante adopte un ritmo de estudio más intenso y constante. El problema sería estresarse al final del ciclo escolar, cuando ya no hay posibilidad de recuperarse

Debe establecerse un ritmo de estudio, con constancia y disciplina, que permita al estudiante llegar a los exámenes o a la elaboración de productos de trabajo sin estrés de última hora.

Estudiar un día mucho y los dos siguientes no hacerlo es una mala estrategia

Por otra parte, la mejor manera de ir asimilando las asignaturas es trabajarlas de manera continua, de nada sirve un gran esfuerzo final para intentar aprobar un examen, cuando no se ha aprendido nada durante el curso. Con suerte se podría llegar a aprobar, aunque posiblemente esto no ocurra. Además de que el nivel de asimilación de la materia sería muy bajo y en pocos días se habrá olvidado.

 Se  recomienda estudiar durante el día, ya que la mente está más despejada. Si no hay otra opción se puede estudiar por la noche aunque la mente rinde menos. Además al día siguiente se estará agotado. No tiene sentido acostumbrar a la mente a rendir más por la noche y a estar relajada durante el día, en época de exámenes habría que forzarla, tratando de rendir más en horas que suelen ser de descanso.

 Es bueno crearse un hábito de estudio, ya que facilita el aprendizaje y disminuye el esfuerzo que cuesta ponerse a estudiar. Un hábito de estudio consiste en estudiar siempre a la misma hora. Por ejemplo de 4:30 a 7:30 p.m. y es preferible elegir aquellas horas en las que se rinde más. También hay que evitar que sea inmediatamente después de comer o muy tarde, porque se puede estar ya cansado o somnoliento. Si se cambian constantemente las horas de estudio puede crearse un caos.

Además, inconscientemente se tiende a retrasar el comienzo, lo que se traducirá posteriormente en retrasar las tareas y posiblemente no estudiar el tiempo necesario.

Se  recomienda planificar el fin de semana, agregando que el sábado puede ser el mejor día para estudiar, dejando el viernes para descansar de una semana de estudio y el domingo usarlo para estar más relajado, evitando que al llegar la noche, a última hora, se quiera hacer lo que no se hizo durante todo el fin de semana. 

Consejos que pueden ayudar a una mejor gestión del tiempo:

a) No retrasar el comienzo del estudio: es recomendable estudiar desde el primer día de clases. La planeación diaria hay que cumplirla con rigurosidad si uno ha establecido el horario de 4:30 p.m. debe ponerse con los libros justo a esa hora y no media hora más tarde recordando que si se empieza antes, antes se termina. Anticipar el estudio: Por ejemplo, si el lunes el profesor deja tareas para el jueves es conveniente hacerla el mismo lunes, cuando la explicación dada por él aún está fresca.

Lo anterior, permite contar con cierto margen de tiempo por si se presentara alguna duda y evita el estrés de última hora, que es el que bloquea la mente a la hora de las evaluaciones.

 b) Fijarse objetivos diarios: no se trata de estar todos los días horas y horas delante de los libros, sino de que esas horas sean de provecho, para lograrlo hay que fijarse metas específicas como: hacer la tarea de inglés, repasar la tercera lección de historia y estudiar una lección de lengua.

Terminado el tiempo de estudio debe valorarse el rendimiento obtenido, de preferencia todos los días en cuanto termine de estudiar, conviene hacer una rápida valoración de si el tiempo ha sido de provecho y en caso negativo detectar las causas. Es recomendable después del estudio tener alguna actividad agradable, por ejemplo, una merienda apetitosa.

Esforzarse por cumplir una buena planeación: cuando se hace una buena planeación hay que insistir en esforzarse por cumplirla, siempre dejando ciertos márgenes de flexibilidad, para no esclavizarse, no se trata de estudiar muchas horas, sino de aprovechar al máximo las horas de estudio,

 c)Pérdida de Tiempo: Estudiar bien exige del estudiante concentración, y debido a que es una actividad cansada, algunos estudiantes optan por estudiar de una manera más relajada, menos intensa pero al mismo tiempo menos eficiente.

Hacer lo mencionado conduce al estudiante a tener la conciencia tranquila creyendo que ha dedicado tiempo al estudio. Pero en realidad, lo que ha hecho, ha sido perder el tiempo y al final habrá que volver a hacer el esfuerzo, por lo que lo único que ha conseguido con esta ligera aproximación será alargar innecesariamente el tiempo de trabajo escolar. Otro punto importante en el tiempo de estudio es el descanso, el estudio se puede comparar a una carrera de atletismo, pero más a un maratón que a una prueba de velocidad, debido a que no se trata de rendir al máximo pocos días o unas cuantas horas, sino de mantener un buen ritmo de trabajo durante mucho tiempo.

Se  recomiendan al estudiante mantenerse en perfecto estado de salud, aspecto en que el descanso juega un papel fundamental, por ello es importante que el estudiante planifique sus actividades, de modo que tenga tiempo de estudiar y también para descansar y disfrutar.

El día tiene muchas horas en que se pueden hacer muchas cosas Es sólo cuestión de organización. Podría sorprender lo que se puede llegar a lograr en un día sí se sabe aprovechar y si se evitan las pérdidas absurdas de tiempo.

Cuando un estudiante se encuentra muy cansado, no se tiene un buen rendimiento, por lo que el seguir estudiando, se puede convertir en una pérdida de tiempo, debido a que su mente apenas asimila.

El estudiante debe respetar las horas de sueño. Estas son sagradas. Se recomienda que sean entre siete y ocho horas. No se pueden sacrificar las horas de sueño pensando que uno resiste bien y así puede estudiar más, porque a la larga terminarán pagando la factura con un rendimiento bajo.

Debido a que de forma imperceptible el alumno va acumulando cansancio y el rendimiento intelectual se reduce considerablemente, una opción puede ser que mientras no sea época de exámenes, los fines de semana se podrá dedicar prioritariamente a descansar y a otras actividades de ocio. Se recomienda que, cuando los exámenes estén próximos, desarrollar la fortaleza suficiente para renunciar a las actividades más placenteras y concentrase en los estudios. Son pocos fines de semana que tiene el bimestre, por lo que se trata de un compromiso viable. Posteriormente llegarán nuevamente sábados y domingos para descansar.

Durante el curso es bueno realizar actividades complementarias como hacer deporte, estudiar idiomas, escuchar música o cualquier otra y no estar centrado exclusivamente en los estudios. Esto permite desconectarse y tener otros alicientes, lo que ayuda a tener la mente más "fresca" para cuando haya que trabajar más duro.

Estas actividades deben estar consideradas como complementarias, por lo que habrá que dedicarse a ellas con cierto nivel de relajación, evitando que se conviertan en una obligación más del estudiante, pueden realizarse tanto los fines de semana como entre semana siempre y cuando no afecten al plan de estudio, es sólo cuestión de organización.

ACTIVIDAD
¡A QUE DOCTOR!



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“HORARIO SEMANAL”

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